11 La fe verdadera: ¿No requiere un “salto” intelectual?

11 La fe verdadera: ¿No requiere un “salto” intelectual?

Eduardo:

Suena fabulosa esta idea de un regalo, RAFAEL, pero tengo un poco de escepticismo en mí y no puedo quitarme de la mente que suena demasiado bien. Es demasiado FÁCIL, demasiado BUENO para ser verdad. Todos sabemos que NO HAY NADA GRATIS EN ESTE MUNDO, ¿Por qué sería diferente cuando se trata del cielo?

Rafael:

Me alegra que me hayas hecho esta pregunta. Porque el mensaje del perdón de Jesús como un regalo realmente debe ser CHOCANTE, porque va en contra de nuestra experiencia humana. Pero hay que recordar el problema que discutimos antes, en cuanto a intentar GANAR o MERECER el perdón de Dios por cumplir con la norma de Dios.
Imagina que alguien se me acerca y me dice: “Oye, Rafael, yo sé que viajas mucho y creo que tú deberías tener un Jet. Yo reacciono: “Uf, sí, cómo no! “. Entiendo que uno de esos vale 30 millones de dólares. Ningún banquero en sus cabales me los prestaría.
Pero el sujeto insiste y dice: “Pero no entiendes. Yo soy Bill Gates, y ya lo compré para ti. No solo eso, sino que he depositado suficiente dinero en un fondo de inversiones, para que los intereses te sirvan para pagar por el combustible, los pilotos y el mantenimiento. Piénsalo. Es un REGALO”.
Eduardo, cuando se trata de un jet como el que me estaba ofreciendo el señor Gates, dado mi patrimonio limitado, son tengo dos opciones: no tenerlo, porque por mis propios medios es IMPOSIBLE, o tenerlo porque me sale GRATIS, no me cuesta nada. No hay ninguna forma de que yo pueda comprarlo. Así que la única manera de que yo pueda tenerlo es si otra persona que sí tiene los recursos adecuados, lo pague y me lo regale.

Eduardo:

Pero esto va en contra de toda mi filosofía de vida, según la cual lo que yo daño, lo arreglo.

Rafael:

Déjame contarte otra anécdota que puede ayudar. Supon que tú tienes un hijo único y yo también tengo un solo un hijo. Un buen día, vamos a la playa en vacaciones. Mi hijo se mete demasiado adentro del mar y empieza a ahogarse. Tu hijo lo rescata y, en el intento, se ahoga.
Imaginemos ahora que logramos sacar del agua a tu hijo, lo llevamos a la playa y tratamos en vano de resucitarlo.
Mientras caminamos con mucha tristeza hacia los autos, yo me acerco a ti y te digo cuánto aprecio el sacrificio de tu hijo para conservar la vida de mi hijo, y que “yo quiero pagarte para mostrar mi aprecio”. En seguida saco unos billetes de mi billetera y te los ofrezco. ¿Qué harías?

Eduardo:

Sin lugar a duda te daría un puñetazo en la nariz.

Rafael:

Lo que Dios hizo por nosotros con el sacrificio de Su hijo fue tan enorme, que sería un verdadero INSULTO si intentáramos hacer otra cosa excepto aceptarlo con gratitud. Intentar PAGAR a Dios por su regalo sería una ofensa al extremo. O sea, si Dios pensaba que el problema nuestro del pecado era tan serio que Él tenía que sacrificar a su HIJO en nuestro lugar, ¿Cómo podemos responder con “gracias, Dios, déjame echarte unas buenas obras en tu dirección”?
Como hemos hablado antes, Eduardo, quedamos cortos, miles de kilómetros cortos en la ilustración, de las normas de Dios. Dios mismo pagó nuestro castigo a gran costo suyo, con la vida de su propio Hijo. Me parece que la única manera apropiada de responderle es con humildad, reconociendo nuestra necesidad y aceptando el regalo.

Eduardo:

Tengo que admitir que nunca lo había considerado así, pero entiendo lo que quieres decir. Pero si mis buenas obras no contribuyen a acercarme al cielo, y, como tú indicas, más se trata de fe y creer, ¿Podrías aclarar lo que tú entiendes por “FE”? Me parece crítico definir esto mejor. ¿Qué significa “CREER”?

Rafael:

Tienes razón. Es crítico entender qué es la fe. Conozco a gente que la define como “creer algo que sabes no es verdad”, o sea, como un suicidio intelectual. Pero en realidad esto es completamente opuesto a un concepto bíblico de la fe. O sea, debemos mirar antes de saltar -o mejor, de dar “un paso”. Debemos investigar, examinar las evidencias. Entre 15 y 20 veces solo en el evangelio según San Juan, Jesús le ofrecía a la gente pruebas para sustentar sus afirmaciones. Jesús afirmaba muchas cosas extraordinarias y ofrecía sus milagros como evidencia. Y por supuesto la última parte de la evidencia que ofreció fue su resurrección, la que discutimos unos minutos atrás. Una fe verdadera, una creencia verdadera incluye evidencias y debería tener una consistencia intelectual.
Ahora, aunque la evidencia es un punto de partida, por supuesto no es todo de lo que se compone la fe. Según la Biblia, la fe incluye un acto de la voluntad, una decisión consciente, una respuesta a la oferta de Dios.

Eduardo:

¿Me puedes dar un ejemplo?

Rafael:

Por ejemplo, supón que experimento un dolor muy fuerte en mi abdomen y voy a la sala de urgencias en la clínica. Allí, un médico me examina y dice: “Después de hacer algunas pruebas no hay duda de que tengas apendicitis aguda. Yo le pregunto al médico, “¿Cuál es el pronóstico? Él médico me dice objetivamente, “Si no te sometes a una apendicetomía, dentro de algunas horas morirás.” “Pero tengo buenas noticias, el doctor Méndez se encuentra en la clínica y está disponible para operarte tan pronto como sea posible.”
Ahora, yo he oído sobre ese cirujano, y sé que tiene mucho renombre. Pero a pesar de que CREO que tengo una condición potencialmente fatal y CREO que el doctor Méndez es un cirujano excelente, todavía no CREO en el sentido bíblico de la palabra. Muy bien. Firmo los papeles autorizando la cirugía y, con ello, estoy encomendándome en sus manos, para la solución de mi problema. Admito que tengo un problema y pongo mi fe en él para solucionarlo. O sea, le estoy diciendo, “Me estoy poniendo en tus manos, puedes cortarme.”
EDUARDO, para poner esto en términos más personales, ¿Te acuerdas de tu respuesta a la pregunta que te hice anteriormente en cuanto a estar a las puertas del cielo?

Eduardo:

Sí. Básicamente dije que esperaba que Dios me dejara entrar porque era una buena persona y había vivido una buena vida.

Rafael:

¿Te das cuenta de que detrás de esta pregunta hay otra pregunta? Esa pregunta es: “¿En qué o en quién estás confiando como la base de tu aceptación con Dios? Me explico: cuando uno responde “he vivido una buena vida” o “yo soy una buena persona”, ¿en qué o en quién está confiando?

Eduardo:

En mí mismo; en mis buenas obras.

Rafael:

Correcto, Eduardo. Estás confiando en ti mismo. Pero CREER en Jesús es el reconocimiento de que YO NO PUEDO cumplir con las normas, con las expectativas de Dios y que, por ende, quedo justamente condenado ante un Dios Santo. De manera que ahora estoy depositando mi confianza -mi FE- en Jesús y su pago por la pena de mis pecados. En efecto, estoy TRANSFERIENDO confianza de MÍ MISMO a JESUCRISTO. Otra manera de describirlo es que estoy recibiendo un REGALO que no pude GANAR y que NO MEREZCO.

Eduardo:

Pero, ¿Cómo hace uno esto? ¿Será una de estas experiencias religiosas en que te alcanza un rayo?

Rafael:

No, es solamente una decisión que cualquier persona puede tomar, en una conversación sencilla con Dios. Uno podrá decir algo como, “Dios, entiendo que me amas y reconozco que Tú eres un Dios santo y justo. Admito y confieso que me he “metido la pata” más veces de lo que puedo contabilizar y así merezco tú condenación justa. También admito. Dios, que siempre he asumido que puedo ganarme el derecho de estar contigo, pero ahora entiendo que eso sería imposible. Reconozco ahora que Jesús vino a esta tierra y murió para pagar el castigo por todos mis pecados – pasados, presentes y futuros. Así que ahora mismo quiero poner mi confianza -mi fe- en Jesucristo y el pago que Él hizo por mí. ACCEPTO el REGALO del perdón de los pecados y la VIDA ETERNA.

Eduardo:

Tengo que reconocer que hace tiempo no voy a la iglesia, pero cuando estuve en la iglesia en meses y años anteriores, o no prestaba mucha atención o no me informaron de ese regalo.

Rafael:

¡Bienvenido al Club! No eres la primera ni serás la última persona en esta situación. Aún hay muchas personas que asisten frecuentemente a la iglesia y que CREEN que Jesús vivió, que fue el hijo de Dios, e inclusive en su muerte en la cruz y en su resurrección. Pero siguen confiando, creyendo en sí mismos y sus buenas obras para llegar al cielo. Esas personas nunca han entendido cuán total es la separación entre Dios y ellos, ni entienden que Jesús pagó TODA la deuda, el precio por sus pecados, y por eso NUNCA han tomado la decisión de ACCEPTAR el REGALO.

Acabas de escuchar la versión resumida.
Sin embargo Eduardo y Rafael han tocado otro temas muy relevantes, te invito a escuchar el dialogo extendido.