12 ¿Puede alguien tener la seguridad de que llegará al cielo?

12 ¿Puede alguien tener la seguridad de que llegará al cielo?

Eduardo:

Has dicho varias veces: “Aceptar el Regalo” para tener “vida eterna”. ¿Puede alguien realmente tener la seguridad de llegar al cielo?

Rafael:

Jesús hizo la siguiente promesa: -“él que oye mi palabra y cree al que me envió, TIENE vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida”. 0 sea, Jesús habla de esto como un trato ya hecho. Una vez que creemos, Jesús dice que TENEMOS vida eterna y ¡ahora mismo! Si fuera algo que se pudiera perder, no sería eterna y no la tendríamos. Es una oferta incondicional, sin ningún compromiso adicional.

Eduardo:

De nuevo, me suena como algo demasiado bueno para ser verdad. Si tengo la seguridad de ir al cielo cuando muera y nunca perder esta oferta, yo me pregunto ¿por qué entonces debo portarme bien? 0 sea, ¿Qué motivación tendré para vivir bien y portarme bien?

Rafael:

En primer lugar, la Biblia tiene mucho que decir en cuanto a la importancia de vivir bien la vida. Debemos vivir una vida buena. Pero, recuerda, el asunto es que vivir una vida buena no tiene nada que ver con llegar al cielo. Puede haber más motivaciones para vivir bien la vida para la gente que sabe que va al cielo. Te daré cinco razones:
La primera razón es la GRATITUD. Una vez que entendemos cuán serio, cuán malo es nuestro problema, que Jesús pagó el precio de nuestra salvación con su vida, dándonos el regalo de la vida eterna por su sacrificio en la cruz, ¿Cómo no tendríamos un corazón agradecido? ¿Cómo no desearíamos agradecer y agradar al que hizo este gran sacrificio, viviendo una vida ejemplar?

Eduardo:

O sea, es un asunto de QUERER QUE y no TENER QUE.

Rafael:

¡Exactamente! Una segunda razón para portarnos bien es que además de prometernos la vida ETERNA, Jesús también nos promete una vida llena y una vida con sentido entre el ahora mismo y el momento en el que lleguemos al cielo. Como hemos hablado, se obtiene la vida ETERNA solo por RECIBIR el REGALO, sin ninguna otra condición. Pero la vida llena, la vida con propósito y sentido SÍ tiene una condición -y la condición es que CONFIEMOS en las instrucciones que Dios nos da para vivir esta vida. Y cuando hablo de CONFIAR en las instrucciones, quiero decir, OBEDECER o PONER EN PRÁCTICA lo que Dios nos instruye por medio de la Biblia. Considerémoslo así: Si creo que hay un Dios que me ama y que quiere lo mejor para mí, y si yo reconozco que Él sabe justo un poquito más que yo, ¿Por qué no desearía yo seguirle a Él con entusiasmo?
Francamente no quiero ser este tipo que trepa “la escalera del éxito” y llega a la cima solo para darse cuenta de que su escalera descansa en la pared equivocada. No quiero llegar al fin de mi vida solo para darme cuenta de todo lo que he perdido. Hay un Buen DIOS que me amó tanto, que mandó a su propio hijo a morir por mí. Y este mismo Dios también me dice que quiere darme gozo, sentido, significado, paz y satisfacción en esta vida. Yo no quiero perder esto. Así que un motivo muy poderoso para mí, para portarme bien en esta vida -aunque yo sé que no tiene nada que ver con llegar o no al cielo- es que yo quiero esta vida LLENA. Quiero la ayuda de Dios para obtener el gozo, la paz y la satisfacción de la vida AHORA.

Eduardo:

Bueno, a mí me gusta esta. … ¿Cuál es la razón número tres?

Rafael:

Una tercera razón para portarnos bien es que siempre hay consecuencias naturales en relación con las malas decisiones en la vida. Cuando Dios nos dice “No hagas A o B o C” no es que Él quiera arruinarnos toda la diversión. Lo hace por su amor hacia nosotros y porque quiere protegernos. Es como si estuviéramos en un campo minado y Dios nos diera un mapa para que esquiváramos las minas y no las vayamos a pisar. No me gusta el dolor y quiero evitarlo lo más posible.

Eduardo:

Este tiene sentido. Estoy de acuerdo en que EVITAR el dolor es más fácil que SANAR el dolor.

Rafael:

Hay otra razón. Según la Biblia, Dios es como un padre que ama a su hijo suficientemente para poder disciplinarlo o castigarlo. No quiero experimentar la disciplina de Dios, no importa qué forma tome. Pero siempre tengamos en mente que inclusive esta disciplina es con amor. Mi papá me disciplinó mucho, pero nunca cuando no lo necesitaba. Como resultado creo que hubo muchas cosas malas que evité en la vida sencillamente a causa de un temor sano de un padre que me amaba y que me disciplinara acaso lo necesitara. Y además de esto ¿Qué hijo quiere entristecer o avergonzar a un padre que le ama?

Eduardo:

No me cae tan bien esta razón como las otras, Rafael. Me trae recuerdos dolorosos. ¿Cuál es la quinta razón?

Rafael:

La quinta razón se trata de premios o recompensas. Recordemos que el Cielo no es una recompensa, es un REGALO. Pero la Biblia habla de las posibilidades de recibir premios o recompensas para los que sí van al cielo, aun si este premio es solamente un “Bien hecho, buen siervo y fiel” dicho por Él, quien murió en mi lugar. Las recompensas en el Cielo se basarán en lo que hicimos con nuestro tiempo y la energía que Dios nos dio y cómo los utilizamos a favor de los propósitos de Dios.
El autor famoso, C.S. Lewis dijo que los cristianos DEBEN PENSAR en cuanto a la próxima vida en el cielo, y si lo hacemos, tendrá un impacto maravilloso en la manera cómo vivimos aquí y ahora en la tierra. Observó que las personas que han hecho más impacto en esta vida son las que han pensado en la próxima vida. “Apunta al cielo”, decía, “y tendrás la tierra como ñapa; apunta a la tierra y no lograrás ni la tierra ni el Cielo”.

Acabas de escuchar la versión resumida.
Sin embargo Eduardo y Rafael han tocado otro temas muy relevantes, te invito a escuchar el dialogo extendido.

Te invito también a escuchar el diálogo extendido final, donde se resolverá una duda muy interesante.