De nuevo, me dejas mucho en qué pensar. Y si pienso en nuestra conversación hasta este punto, me parece obvio que hay muchas cosas que tienen que ver con quién es Jesús y dependen de ello. También me resulta obvio lo que has dicho en cuanto a los milagros, la Biblia, los temas centrales y otras cosas. De manera que me urge estudiar más y evaluar por mí mismo quién era este personaje Jesús, y las pruebas de su resurrección…
A examinar las evidencias…
Sí. Tengo que hacerlo. Pero no podré lograrlo en unos pocos días.
Solo faltan algunas preguntas en mi lista, y lo que acabamos de discutir me lleva a la próxima pregunta. Si Jesús es quien tú dices que es, y que lo realmente importante no es nuestro comportamiento, sino lo que él hizo por nosotros, ¿qué pasa con las muchas personas alrededor del mundo, que ni siquiera han oído hablar de él? Me refiero a gente que vive muy aislada, como en la selva, por ejemplo, y nunca ha tenido contacto con el mundo exterior o con algún misionero. Recientemente los noticieros nos mostraron, por fotos aéreas, de una tribu cerca de la frontera de Perú con Brasil, que hasta entonces era desconocida para la civilización.
¿Cómo puede Dios condenar a estas personas sin que nunca hayan tenido ni una oportunidad de oír de Jesús?
Otra pregunta fabulosa, Eduardo. Son las mismas con las que yo -y muchas personas cristianas serias- hemos luchado. No es nada fácil.
Yo te diría, en primer lugar que, según la Biblia, está claro que Dios no juzgará a nadie porque NO tenga información. Solo juzgará a las personas basándose en la información que esas personas sí tienen.
Te lo pongo de esta manera: A través de toda la Biblia hay una distinción muy clara entre los judíos y los gentiles (o sea, la gente que no es judía). Los judíos tenían el Torá, la ley de Dios escrita. Pero los gentiles no lo tenían. ¿Sería justo de parte de Dios pedirles cuentas a los gentiles basándose en el Torá a los que ellos nunca tuvieron acceso?
A los gentiles, no. Pero responsabilizar a los judíos por el Torá, sí, creo que sería justo.
Estamos de acuerdo. Sería justo que Dios juzgara a los judíos de acuerdo con las leyes del Torá, pero no a los gentiles, pues ellos no tuvieron acceso a ellas. El Nuevo Testamento enseña que Dios llamará a rendir cuentas según las normas y los criterios que sí tienen. Y hay una norma, un criterio que todos tenemos y ese es el sentido interno del bien y mal del que hemos hablado. Ahora, si termináramos en este punto, estaríamos contentos: Dios solo juzgaría a alguien de acuerdo con la información que ese alguien tiene. Son buenas noticias porque indican que Dios es justo, no arbitrario.
Así que dices que tanto los judíos como los gentiles están bien con Dios, porque solo tienen que cumplir con las normas que Dios les dio a ellos.
No. Lamentablemente la situación no se resuelve tan sencillamente. El problema es que aun las escrituras hebreas indican claramente que los judíos no han podido cumplir, no cumplen, con la norma que Dios les dio, que es el Torá. Asimismo los gentiles no cumplen con los criterios que Dios les dio, que es la norma interna del sentido del bien y mal, la conciencia. En resumidas cuentas, nadie cumple, nadie puede cumplir con la norma que tiene.
Así que Dios es justo. La buena noticia es que Dios no condenará a nadie basado en la información que NO TIENE. Pero la mala noticia es que Dios SÍ nos juzgará según las normas, los criterios que SÍ TENEMOS, y NADIE cumple ni siquiera sus propias normas internas.
¿Entonces, lo que dices es que NO hay esperanza para ellos? Tengo que reconocer que aunque yo no creo en Jesús como tú dices hasta ahora, por lo menos he oído algo de Él, tengo información acerca de Él. Pero, ¿Cómo van a oír el mensaje de Jesús? No lo entiendo todavía.
Una de las cosas que se encuentra en todas partes de la Biblia son las múltiples veces que Dios promete hacer llegar la información a las personas que quieren saber de esta solución maravillosa en Cristo.
No importa dónde esté, todo el mundo tiene la información suficiente de que existe un Dios. Está escrito en sus corazones; es una conciencia instintiva. Todo el mundo puede mirar hacia afuera y observar al universo alrededor suyo y concluir que ALGUIEN debía haber fabricado todo esto, que tuvo que venir de algún lugar.
Todo el mundo puede mirar hacia adentro de sí mismo y encontrar esa ley moral de la que hemos hablado, y darse cuenta de que hubo un LEGISLADOR, un Dador, de esa ley moral. Y la Biblia dice que si alguien, basado en la poca información que ya tiene, BUSCA a Dios, que Dios se siente obligado de alguna manera a hacerle llegar la información que le hace falta.
Ahora Eduardo, déjame hacerte unas preguntas sencillas. Primero: ¿será concebible en tu mente que haya alguien aquí en nuestra ciudad que nunca ha oído hablar de Jesucristo, en el sentido de quien se afirmó ser y por lo que vino al mundo?
Por un lado diría que probablemente todos han oído el nombre de Jesús, claro. Pero reconocerlo solo como un mero profeta humano). Pero si no es Dios, como afirmó, o está equivocado en cuanto a sus afirmaciones sobre sí mismo, o estaba equivocado pero no lo sabía.
Bien. Ahora la segunda pregunta. ¿Crees posible que haya personas que llegan a cierto punto de su vida en el que se preguntan -bien sea por un sentido de culpabilidad o por un deseo de hallarle sentido y propósito a la vida-, algo así como: “¿Qué pasará cuando nos muramos?” 0 “Dios: si tú estás allí, yo quiero conocerte y, si es posible, conectarme contigo”? ¿Será posible que haya personas que le pidan eso Dios, basándose en la poca información que ya tienen?
Sí, es posible. Por lo menos no me parece imposible.
Bien. Y ahora la tercera pregunta. ¿Será posible que Dios pudiera conectarse con ellos mandando a alguien que podría hablarles sobre de Jesús y llenarles sus vacíos en cuanto a Él?
Sí. Es posible.
Bien, Eduardo. Si crees que Dios puede hacer eso para alguien en nuestra ciudad, ¿por qué no habría de poderlo hacer en otra parte del mundo? Siendo que Dios creó al mundo, no le daría ningún problema de logística, como los que tú y yo tenemos, transportarse de lugar en lugar.
Tampoco tendrá problemas para saber quién le está respondiendo y, de una u otra manera, hacerle llegar la información. La Biblia nos dice que Dios desea que TODA persona llegue al conocimiento de la verdad. Dios podría mandar a un misionero. He oído de varios casos en el mundo musulmán en los que Dios mandó un sueño o una visión en cuanto a Cristo. Pero todo esto señala lo que dijo Jesús: “El que busca hallará”. Si Dios es Dios, Él es capaz de hacerlo. Otra cosa en qué pensar. ¿No sería una tragedia si alguien -que sí hubiera oído- negara aceptar la oferta del perdón de los pecados por su preocupación o inquietud en cuanto a los que todavía no han oído?
Y que esa misma persona descubriera, demasiado tarde, que Dios sí les había hecho llegar Su mensaje e irónicamente esa gente estuviera en el Cielo, mientras nosotros estamos afuera, mirando hacia adentro.
Y te cuento que he oído historias muy dramáticas de gente en algunos de los lugares más remotos en la tierra que llegaron a oír y a aceptar el mensaje de Cristo.